Estimados/as miembros de la Red ULACAV. Compartimos un texto homenaje al Maestro Jorge Di Paula cuya autoría pertenece al Dr. Ricardo de Sárraga del Centro de Investigaciones en Hábitat y Municipios de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires.

Percepciones sobre un hombre cabal, imprescindible: Jorge Rubén Di Paula, caballero emérito de la Red

Quisiera por este medio honrar al querido académico Jorge Rubén Di Paula

Hay, por suerte, personas de la red e incluso allegados a la  Red que lo han conocido mucho mejor que yo. Compartieron su vida profesional, tareas universitarias tanto dentro de UDELAR, como en la red o incluso en otras redes de gran relieve. Ellos podrían dar otro tipo de panorama sobre su semblanza profesional, trayectoria, impacto, extenso desarrollo bibliográfico.

Sí puedo decir, dar mi testimonio, trasladar y honrarlo desde los aspectos que lo he conocido. Cuya base inicial se brindó desde cierto intercambio epistolar al principio de 2002, antes de haber contactado a la red. Supe del próximo encuentro en UDELAR. Le escribo y siendo principal anfitrión ya mostró su interés, cobijo. Brindó desde el inicio su atención como profesor y anfitrión, hacia un docente nuevo interesado, pero en mi caso, yo  era un completo desconocido. Pero nuestro vínculo se fue fortificando y creo además que su presencia ha sido sumamente significativa para todos los que tuvimos la suerte de conocerlo.

Hoy puedo adelantar que, según mi mirada, Jorge fue un hombre muy valioso, un ser muy querible. La Red despidió a un gran académico, uno de su profesores imprescindibles. Por su amor, su apoyo, su ética inclaudicable, férrea voluntad, inquieto, firme, con su clásica sonrisa seria. Apostaba su mirada clara sobre las líneas de horizonte y puntos de fuga que brindan muy buenos marcos a las perspectivas e intereses colectivos.

¿Cómo arribo a la percepción de este hombre cabal, este caballero uruguayo, amable hidalgo cercano, sumamente crítico, sincero y por sobre todas las cosas un docente de pies a cabeza? Relataré algunos escenarios donde ha transcurrido esta percepción.

El primer escenario conlleva algunos devaneos. Tiene su punto de partida con el arribo de Víctor Pelli a FADU-UBA, creo que en 2001, invitado por los profesores Evans y su esposa Silvia de Schiller. En la conferencia magistral que Víctor Pelli dictó, realizó una invitación colectiva a la comunidad porteña a participar, y acercarse a los encuentros de la Red ULACAV. Anunció que el próximo sucedería en 2002 en Montevideo y ese sería una excelente oportunidad para conocerla. Por mi parte, no estaba demasiado al tanto a la Red y tampoco había viajado mucho a Montevideo. Sin embargo tomé la decisión de escribir a los organizadores. Respondían alternativamente María del Huerto Delgado y Jorge Rubén Di Paula. Recuerdo que María me ha respondido muchas veces con suma presteza. Pero en la medida que mis “inquietudes” fueron en aumento, quien tomó la posta fue Jorge, el organizador, con gran amabilidad. No recuerdo todas mis inquietudes, pero no descarto que, sin desearlo, haya consultado o destilado desde algún hilo, quizá alguna posible dosis sociocéntrica aporteñada. En mi caso acababa de doctorarme y creí que era una oportunidad para difundir mi trabajo. No lo puedo asegurar, pero es posible que, sin haberlo incluso expresado, Jorge pueda haber intuido algún pensamiento porteñocéntrico. Lamentablemente los porteños solemos (o solíamos) ser conocidos por escurrir en mayor o menor medida este tipo de encubrimiento discursivo. Jorge, en cambio, claramente me interrogó sobre mis intereses e incluso sobre si conocía Montevideo y que sería un gusto que los visitara. También se adentró sobre mi modo de viaje, mi forma de arribo y dónde iba a estar hospedado. Ello me llamó la atención sobre todo en 2002; comenté que arribaría muy tarde, viajando desde el histórico bote “la cacciola” a la tardecita, viendo el anochecer. Confesé que debía transcurrir muchos transbordos, resultando así bastante un viaje muy extenso y arribaría de noche muy tarde a la ciudad. Si no me equivoco, creo que se produjo un desencuentro epistolar; dado que tal parece que siguió escribiendo aunque yo ya me encontraba en viaje. A mi regreso a Buenos Aires reconstruí que él siguió mandando correspondencia digital que no llegué a descubrir sólo unos cuantos días después –no era la época de celulares, ni medios digitales tan actualizados. En el micro y en el bote me era imposible recibir ningún mensaje. Sé que le escribí y respondí hasta último momento; pero en el hermoso viaje –micro primero, La Cacciola del atardecer con sus paradas en Carmelo y con un anochecer espectacular en el medio del Río de la Plata, donde trabé relación con personas jóvenes, músicos uruguayos que estudiaban en Buenos Aires y regresaban a sus casas. Ante mi preocupación sobre cómo moverme a la noche en Montevideo, una simpática guitarrista me explicó con puntos y señales cómo debía viajar y que ella hacía el mismo recorrido, llegando casi al mismo lugar. Fue inesperada la solidaridad de la uruguaya, pues incluso me brindó su teléfono por si tenía problemas al llegar, lo cual me brindó cierto calor y seguridad. Así que salimos de la lancha, tomamos el colectivo que estaba ya allí, no hubo que esperar en absoluto.

Lo que no supe en ese momento era que el arquitecto Jorge Di Paula, a quien no conocía salvo esquelas, me había ido a buscar personalmente con su auto personal, con un cartelito “Ulacav”. Situación que desconocía, ni imaginaba y tampoco llegué a visualizar. Sinceramente no pude imaginar, ni esperar una hermosa actitud personal de semejante caballero, principal anfitrión y organizador del Evento a quien sólo conocí por esquelas digitales. Era realmente llamativo, me desacomodaba de manera agradable pues, durante este encuentro y también en otros posteriores, este fuera su comentario irónico, que realizaba con su cara que combinaba semblante serio, fina ironía y un humor que abrazaba y a la vez postulaba: “Me dejaste con el cartelito tiritando de frío; y vos te fuiste en el colectivo con la joven guitarrista”. Alguna vez corrió cierta sonrisa cuando lo decía. Tanto es así que me encontré con el interés de consultarle si lo había ofendido, con lo cual responde que no lo había afectado en nada, salvo su preocupación del momento.

Otro escenario se fue hilvanando con el correr de los encuentros 2002, 2003, 2004, pues la perspectiva suele establecer no solamente miradas hacia adelante, sino también sobre los lugares donde se ha estado parado. Esto es interesante dado que solía notarse cierta actitud variopinta en el apoyo de las universidades anfitrionas e incluso en la coherencia temática. Si bien en los encuentros existía un magma en ebullición, el establecimiento de conceptos que se buscaban solidificar sobre la Producción Social del Hábitat no terminaba de aflorar, y todavía existían algunas sombras que no concurrían hacia el centro de aquello que la Red pretendía establecer. Durante mucho tiempo existió demasiada exposición sobre la crítica a la racionalidad arquitectónica, las rígidas estructuras académicas, la dificultosa inclusión de la temática vivienda social, la excesiva presencia de arquitectos, todos temas que eran blancos de críticas. Y Montevideo 2002 no fue la excepción, con su collage de ponencias excesivamente diversificadas. Creo que esta vez fue la última vez que participó Sepúlveda Mellado, honorable profesor chileno. Las ponencias comenzaron en el auditorio central. Como había numerosas ponencias, UDELAR reclamaba sus espacios para otros usos, desplazando al ULACAV del auditorio central a otras salas primero más grandes y finalmente salas comunes, de forma muy apretada. Con el correr del encuentro se había pasado de las exposiciones extensivas, con reloj de caracol en el auditorio, al tiempo más minimizado, con un velocímetro en las aulas cada vez más chicas. Pero se expusieron absolutamente todas, tediosamente todas, superando el cansancio con la paciencia colectiva de quienes integrábamos el evento. En la última instancia expusimos María Andrea Benítez y Miguel Barreto (trabajo conjunto) y yo mismo, Ricardo de Sárraga. Pero este aula también debía ser utilizada y se escuchaba el golpeteo de los alumnos de UDELAR, quienes buscaban ingresar a esos espacios, dado que en UDELAR se tenía previsto el uso de esa sala a esa hora. Sin embargo el encuentro no resultó absolutamente desorganizado. Pues María del Huerto Delgad volaba corriendo de aquí para allá, como una jugadora oriental de ping-pong, o de tenis corriendo a bandas anchas. Y Jorge, como anfitrión, no dejó de sostener “la tranquera” (palabras suyas) para que evitar ser tapados por la estampida –recordando la película Jumanji. En mi caso, yo tenía dos ponencias, pero Jorge me rezó si pudiera sintetizar en una sola. No es la intención relatar un caos institucional. Sino resaltar a Jorge, como luchador de Sumo frente a la estampida. Pero también como los referee de tenis con su “ojo de halcón” para que nada escapara a la regla; incluso con la misma UDELAR, disputándole entre bambalinas por el incumplimiento de la palabra empeñada de sostener el encuentro.

Dentro del mismo escenario, también me aplicó su ojo de halcón, cuando quise preguntarle qué le había parecido mi ponencia, consistente en un extracto de mi tesis doctoral. Me respondió con una mirada docente y sincera con sus ojos oscuros posados a pleno “si yo había ido hasta allí para mostrarles a la Red qué era la pobreza”. Para mí fue una vivificante reflexión, pues en parte recordaba las dificultades variopintas y la enorme heterogeneidad previas. Sin que resultara un rechazo sobre mi trabajo, estaba claramente expresando que la Red era otra cosa, era aprender y construir.

El Tercer Escenario se daba durante el mismo encuentro 2002 UDELAR. Pues en las reuniones informales del almuerzo se estaban expresando en paralelo con bastante más claridad que la Red podía ser un encuentro de personas que querían discutir sobre los mismos temas. Con equidad, sin expresiones de poder y voracidad. En el tiempo más laxo y distendido de la comida no había obligación de exponer, sino de centrarse, encontrarse y vincularse. Personas con temas en común y en esa mesa cualquiera podía sentarse con cualquiera. Los vínculos mostraban un espíritu noble, un sostén contenedor. Y en el cierre del episodio de 2002 en el centro de la ciudad vieja, una sala apartada, encontró a los más conspicuos e interesados en cimentar la Red. Y pese a que se había elaborado previamente una declaración de principios entre Jorge y Víctor, se cruzaban las miradas entre todos los presentes en la sala. Y se dijo que si para el cierre del encuentro no surgía una reflexión que lograra encaminar la Misión de la Red, sus lineamientos y direccionalidades, tal vez fuese mejor que se expresara el silencio y quedara la pregunta abierta para ser trabajada en lo sucesivo. Era un día soleado y la brisa de ambos horizontes marinos atravesaba las ventanas, sin que pudiese dibujarse aún tal objetivo.

El cuarto escenario nos refiere a la reunión de 2003 en Paraguay. Esta fue de las más complejas y extrañas que haya visto en ULACAV, dado que la reunión explotó en una diversificación muy confusa. Incluyó jornadas de edificación de arcos de medio punto en los jardines de universidad con ladrillos y barro, recreando sistemas constructivos totalmente tradicionales y ni siquiera relacionados con el sector social que la Red refiere. Eran trabajos prácticos de sistemas constructivos. Se incluyó la colección ecléctica de ponencias, que a esta altura del partido ya nos consultábamos si ese era el espíritu de la red y si esto estaba aportando a la Misión. Sin embargo el encuentro 2003 en Paraguay finalizó con una presentación de la Red Cyted a cargo de Jorge Di Paula y creo que de Víctor Pelli. Donde se instaba a apuntar hacia la noción de la “Producción Social del Hábitat” (noción que hoy consideramos central) y se enfatizaba sobre la necesidad de conceptualizar sobre la dónde debía ser conducida y cuál era la direccionalidad de la Red. Jorge fue, entonces un guía preclaro, un faro ilustre, el punto de partida hacia un horizonte colectivo.

El Quinto escenario lo podemos relacionar con el encuentro 2008 que se realizó en Buenos Aires. Tuve la oportunidad de realizar un nuevo intercambio epistolar, pues había notado que no estaba concurriendo a los últimos encuentros, creo que al 2007 de Chile en Valparaíso no había podido asistir. El maravilloso arquitecto Jorge Di Paula me explica que se había jubilado y su universidad no podía brindar apoyo económico para formar parte de los encuentros. Pues ya no era docente y le era imposible solventarlo desde su patrimonio. Como miembro organizador del encuentro hice especial énfasis en la necesidad de invitarlo. Habíamos concursado y obtenido un subsidio desde la Agencia (ANPCyT), lo pudimos aplicar e invitar. Hemos tenido la oportunidad de homenajearlo en vida. Y para el encuentro nos regaló un escrito maravilloso, basado en una epistemología clara, orientadora y vivificante. Este escrito era todo un legado no sólo sobre qué era la producción social del hábitat (que ya lo había definido antes), sino cómo debía ser trabajada la vivienda social en la universidad y por lo contrario, cómo el Estado ha instalado mitos sobre su modo de conceptualización y materialización. Le pedimos e insistimos que lo expusiera en una de las conferencias centrales. Y humildemente expresó que no prefería hacerlo. Retrucó que su escrito era ya una muy buena representación de su pensamiento y quería con toda honestidad disfrutar del encuentro. Nos mostraba con sus ojos oscuros y certeros en medio de una sonrisa irónica” ¿Me están homenajeando y todavía quieren que hable?”. Se corrió absolutamente del centro, no quiso serlo. Participó de toda la actividad, en el aula magna, en la sala del consejo. Me dijo claramente que el hecho de haberlo invitado era sumamente gratificante y que lo estaba disfrutando mucho. Su sencillez uruguaya estaba por delante de cualquier vedetismo y ampulosidad.

Nos dejó el texto certero “La habitación como necesidad y el hábitat como satisfactor. 12 mitos a demoler para avanzar en la inserción de la problemática habitacional en la universidad y una propuesta”. Trabajo realizado desde la Red de Asentamientos Humanos Hábitat y Vivienda; UDELAR. En este escrito sintetizo que devela los mitos que encubren la realidad. Menciona que “La vivienda popular” es tratada como un objeto, y que resulta un concepto vagamente definido y muy cargado de definiciones ideológicas. Poco creíble en cuanto al rigor académico y su encuadre conceptual. Explicable como estrategia de captación de nicho de mercado laboral. Arrastra tipologías del Beaux Arts, brindando la misma solución de la vivienda suntuaria, genera fenómenos de segregación residencial. En esta actividad la universidad tiene un papel relevante para brindar la inserción científica y tecnológica adecuada e instalar un nuevo paradigma. Fue uno de los tantos trabajos –no solamente escritos- que nos dejó este profesor extraordinario.

En estos 5 escenarios intento representar a Jorge Rubén Di Paula, uruguayo caballeroso, principal anfitrión y crisol fundante de la Red. En su momento fue un serio luchador de Sumo, quien trató de contener y brindar espacios, un referee ojo de halcón que coordinaba a la tenista veloz y empecinada, para que la tranquera no se desbordara y pudiera desbordarse un encuentro. Aquel que dijo que si no había nada para decir era mejor esperar el momento oportuno; pues no había que llenar el espacio con palabras de oportunidad. Pues Misión, lineamientos y direccionalidades era menester que crecieran en los momentos adecuados. Al año siguiente, en medio de la confusión mostró hacia dónde y cómo podían destinarse esos esfuerzos. Y que en un momento de haber sido invitado al foro entusiasta, trabajó en silencio, nos dejó una excelente obra y prefirió humildemente callar y escuchar.

El poeta alemán recitó que hay hombres que luchan toda una vida y que esos son los imprescindibles. El fuerte trabajo y la presencia humilde de Jorge han sido imprescindibles en muchos ámbitos académicos. Y sin duda lo ha sido, lo es y lo seguirá siendo para la Red. A Jorge se lo extraña, pues es de los imprescindibles

Ricardo de Sárraga

PD: repito uno de los últimos mails: “Veo con mucha felicidad la vitalidad de la Red, esperando que el 2014 se cumplan los proyectos en marcha y los que puedan aparecer de un equipo creativo como el que nos ocupa, nos preocupa y por qué no, nos postocupa. Saludos de Jorge Di Paula”.

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